16 de enero de 2011

¿Qué hace el sexo en Internet, el pudor en la vedette, que hace un Porsche en Tel Aviv? ¿Un pigmeo en un iglú, una duda en un gurú, que hace Frida sin sufrir? Si así como quién no quiere la cosa, más fácil dispara rosas un misil que tú un quizás. Quien me manda a ser adicta a tus besos si la luna no es de queso ni tu boca un souvenir. ¿Qué hace un casto en un motel, que hace un genio en un cuartel y que estás haciendo tu, sin mi? ¿Qué estás haciendo tú, que estoy haciendo yo? Subastando en el mercado besos tan improvisados con despecho al portador, malgastando en cualquier cama lo que se nos dé la gana para vengarnos de los dos. ¿Qué hace un lunes en verano y un judío sin paisanos? ¿Qué hace un hippie en la oficina, una orca en la piscina, una monja en carnaval? ¿Qué haces tú cuando estas solo chapuceándote en las olas de un pasado que pasó? ¿Qué hago yo cuando el domingo es por la tarde y la campeona se hace cobarde y pregunta dónde estás? Ya no estoy para los versos de Neruda si en mi cama no figura ni un buen beso de alquiler. ¿Qué hace el Louvre sin Mona Lisa, un nudista con camisa? Que hace un 30 de febrero, que hace un rey sin heredero y que estoy haciendo yo... sin ti.



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