26 de septiembre de 2011

Y esto es solo el comienzo...

...el comienzo de algo grande.



¿Qué por qué me gusta? Pues no lo sé. Quizá por sus ojos. Esos que si me miran me pierdo en ellos. Tal vez sea por su sonrisa, esa que consigue hacerme sonreír a mí también en todo momento. Puede que sea por su boca, por sus labios, o por el sabor de estos dos… Por sus pequeñas manías que me desquician y a la vez me gustan tanto de él. Manías como morderse el labio o mordérmelo a mí. A lo mejor es por sus brazos, esos brazos que desearía que me abrazasen a cada hora, a cada minuto, a cada segundo… Por su pelo, demasiado perfecto. Tal vez sea por sus obsesiones. Aquellas por las que no vive y tanta rabia me dan, simplemente porque no puedo hacerlas realidad o porque yo no entro en ellas. Me gusta, me gusta por su seguridad, esa que me transmite con solo pensarlo y por su inseguridad, inseguridad que me asusta y me da escalofríos. Puede que sea por su forma de caminar, por ser distinto a los demás, por no dejarse influenciar y ser siempre él mismo, ser siempre tan él, tan yo. O por su sinceridad, su complicidad. Realmente  no sé, no sé por qué me gusta, pero me gusta. Y puede que sea porque no es fácil, porque es una locura… pero es, sin duda, una locura que merece la pena correr. 

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